Virtudes de la vanidad
“El picó es la vanidad expresada en decibeles y pintura"
Un cartagenero anónimo
Derivado del Sound System, el Picó ocupará un lugar importante en la escena cultural de la música popular de la Costa Caribe Colombiana. Su origen en Colombia se deriva de las vitrolas familiares, a las que se les conectaban altavoces pequeños, que se colgaban en los árboles, para que sonaran más fuerte. De hecho, una de las características más importantes de los Picós que se desarrollarían después de estos primeros prototipos, específicamente del Picó cartagenero, y de acuerdo a la antropóloga Deborah Pacini Hernandez en su ensayo Sound System, World Beat and Diasporan Identity in Cartagena, Colombia, es la extravagancia de su decoración, que acompañaría la customización de sus componentes.
Deborah Pacini, afirma que, hacia la década de los 90s, el tamaño monumental del Picó ya será reconocido como una tradición, así pues, las cabinas de las vitrolas abandonan el espacio doméstico y se instalan en el espacio público en medio de fiestas, verbenas y duelos sonoros, lo que conllevaría un cambio en sus dimensiones, no solo en el volumen de las cabinas (turbo) o parlantes, sino también en la materialidad del sonido, potencializando los bajos de estas máquinas.
El desborde y la voluptuosidad que encarna el Picó, se ven reflejados en varias de sus particularidades: Amplificadores potentes y customizados, cabinas con nombres extravagantes e imágenes hechas por artistas de la región (en las que se cuentan historias o se manifiestan tendencias ideológicas).
En el documental Picó: El documental, de la productora LaPost Estudio y Panoramika, al preguntarle a varias personas qué es el Picó, surgen diferentes denominaciones:
Equipo de sonido hecho al gusto del usuario, la esencia de las discotecas populares de la costa, transmisor o reproductor, un medio de difusión que no necesita pagarle a nadie para que le pongan una canción, un equipo de sonido con muchos parlantes, un radio inmenso…